El Cuello de Botella...

El cuello de botella…

Niños de Chilil y Yashtinin. Dos problemas pendientes.

Durante la atención de los casos de Intolerancia Religiosa por conducto de los funcionarios de esta administración, todavía es un “secreto” cuál es la parte del proceso de solución que está ocasionando un “cuello de botella”.

A pesar de los esfuerzos que ha implementado la Dirección de Operación y Trámite de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos promoviendo soluciones para que los problemas se arreglen, al parecer hay un cuello de botella que no permite que las cosas avancen para lograr soluciones duraderas.

Como ejemplo tenemos los casos de Lázaro Cárdenas Chilil, Mpio. de Huixtán y Los Llanos, Mpio. de San Cristóbal de Las Casas, en los que se ha definido la reubicación por las condiciones socio políticas de las comunidades sin embargo, a pesar que el tema fue descrito de esta manera desde meses pasados, no se ha tomado la decisión de implementar la reubicación para dar fin a más de cuatro años de exilio.

Que es lo que se espera? Recursos? Quizá en otros casos el recurso económico ha sido considerado como un elemento importante para posiblemente intentar una “solución” a los problemas, aunque no con toda la gente ni en todos los casos, esa es la mejor solución; aquí lo que hace falta es decisión, compromiso, interés y sobre todo que se analice la urgencia de resolver todo lo que está pendiente por años aunque para ello se tenga que recurrir al proceso legal por las denuncias presentadas (a pesar que el aspecto legal debió ser el primero en considerarse).

Hemos tenido una cantidad considerable de reuniones en donde se plantean las posibilidades, los caminos a seguir, las opciones de solución (que bien se ha hecho y no pongo en duda el profesionalismo e interés de la titular de la Dirección de Operación y Trámite de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos del Gobierno del Estado de Chiapas); sin embargo después de avanzar en la parte operativa, la que tiene que ver con ir y venir de comunidades, la que tiene que ver con estar en los lugares de los hechos, en reuniones de trabajo, en tocar puertas para atender la emergencia, en conseguir apoyo para atender las necesidades básicas de los afectados, conocer a fondo las condiciones de la problemática y después de ello, se esperan las decisiones de fondo, aquellas que se han de tomar para resolver definitivamente la problemática.

Los afectados se preguntan por qué en otros casos se ha buscado una solución pronta cueste lo que cueste? Porqué los afectados por Intolerancia Religiosa de grupos Evangélicos que han perdido todo (o casi todo) no les han propuesto reparar los daños que sufrieron cuando en otros casos más recientes el compromiso es público? Porqué los recursos está siendo aplicados sin ningún límite en casos a todas luces políticos cuando a muchos de los afectados de más de cuatro años no han podido tomar una decisión?

El anuncio en Enero pasado por parte del Li. Eduardo Ramírez, del programa de Talleres y Cursos de Resolución Pacífica de Conflictos y para prevenir los problemas de intolerancia religiosa, tendrá muchos resultados si tiene la orientación adecuada (estos ya se habían implementado por el gobierno del Estado en 2004-2005 junto con el plan piloto de incluir la materia de Tolerancia en las escuelas primarias). Es menester comenzar el Programa de Talleres y Cursos con los funcionarios de los ayuntamientos, agentes rurales, comisariados ejidales y demás funcionarios que tienen como responsabilidad atender este tipo de problemática; al mismo tiempo deberán ser implementados de manera urgente en los Municipios y Ejidos que mantienen un historial de Intolerancia mayor como Las Margaritas, La Trinitaria, Ocosingo, Altamirano, Carranza, Huixtán, entre otros; generalmente los invitados a estos cursos y talleres  son los ministros de culto de diversas confesiones, pero la orientación debe ser a funcionarios públicos para que conozcan la legislación mexicana en los temas religiosos para atender las controversias que se generan al interior de las comunidades.